FLORENCIA VIA ALAMANNI
Proximidad e integración,
la oficina de correos
tiene un rostro humano
Las grandes estaciones de ferrocarriles de la ciudad suelen ser lugares de modernidad pero sin ninguna personalidad. En esos espacios las marcas de las zonas comerciales y de comida rápida diluyen la identidad de las personas. Sin embargo, en la estación de ferrocarriles de Santa Maria Novella de Florencia, la oficina de Correos de Via Luigi Alamanni es un lugar especial donde el mundo frenético en que vivimos se detiene, pierde homogeneidad y anonimato, y rememora el lado humano de la vida. Además de italiano, cuatro empleados multilingües hablan aquí con frecuencia en inglés, francés, español, portugués y árabe.
"El 85% de los clientes son extranjeros que se transmiten de boca en boca la ubicación de esta sucursal tan especial", dice su director, Giulio Conte. Los servicios más solicitados son la asistencia para pedir permisos de residencia permanente y las tarjetas Postepay. "Postepay Evolution es la más común porque permite realizar transacciones internacionales", explica el director. Para quienes tienen planes a largo plazo de permanecer en Italia y por lo tanto han comprado una vivienda y tienen una hipoteca; muchos de ellos eligen productos como la póliza Da Grande, dedicada específicamente a los niños. La directora añade que "nuestro trabajo consiste sobre todo en educar a la gente sobre cómo respetar las reglas del juego en nuestro país." La presencia de un consultor que sepa hablar italiano e inglés, además de sus idiomas nativos (francés y árabe), es de suma importancia. Abramo Zarra tiene 39 años, nació en Marruecos, vive en Italia desde hace más de 20 años y ahora tiene la nacionalidad italiana. Abramo tiene citas con 15 o 20 clientes de diez países diferentes cada día y ahora necesita un lugar de trabajo más grande: "A veces me reúno con clientes habituales cuyas familias se han ampliado, así que tenemos que crear un lugar más grande para recibirles."
En la oficina de correos, Irma Rodas Pérez (es peruana y hace nueve años que vive en Florencia) hace cola mientras su hija Benedetta,que tiene 3 años, juega. "Soy amiga de algunas de las jóvenes que trabajan aquí", dice Irma, asistida por Esmeralda Marku, que tiene 32 años y es de Shkodër (Albania). Pero hace 14 años que vive en Florencia y habla con acento toscano. Todos los días en la oficina de correos de Alamanni, nuevos puentes conectan culturas diferentes y derriban barreras. También hay una señora italiana que viene siempre a esta sucursal tan especial y que "ve esperanza en este ambiente multicultural. Si una mujer de 88 años puede hacer estas observaciones, significa que hay esperanza para toda la comunidad."