ROME PIAZZA DANTE
Todos los idiomas llevan a Roma
Piazza Vittorio Emanuele es el corazón multicultural de Roma y lo entenderás dando paseo por aquí. Los escaparates exponen productos en bengalí y en italiano, y si alguien te da un volante, con mucha probabilidad estará en turcomano o en persa. Aquí puedes leer un periódico chino, impreso en el barrio y de amplia circulación, y si deseas probar la comida étnica encontrarás menús de todo el mundo. Incluso en los años setenta este barrio histórico (llamado Esquilino pues lleva el nombre de los Équites, la clase aristocrática más baja de las dos que había en la antigua Roma) era un paso principal para los flujos migratorios por su proximidad a la estación de Termini. Desde los años noventa, lleva experimentando un auge residencial, gracias a todas las comunidades que se han convertido en parte integrante del tejido socioeconómico; trayendo consigo un mercado alimentario cada vez más multiétnico que antiguamente estaba ubicado en los jardines de la plaza y que ahora está en un mercado cubierto. En 2012, de los 130.000 residentes de la zona, más de 45.000 procedían de otros países.
Las comunidades más numerosas en el barrio son de procedencia bengalí, rumana, china y filipina. También hay una fuerte presencia de inmigrantes de Eritrea, Somalia y Afganistán. Por eso es fácil comprender por qué ha habido una explosión tan grande de nuevos idiomas en la Piazza Dante, la plaza cercana dedicada al padre de la lengua italiana, donde ahora se encuentra una oficina de correos. Es un lugar que se ha convertido en un punto de referencia para escenarios constructivos en esta ‘nueva Italia’. Estos escenarios se enfrentan con el obstáculo habitual de un conocimiento insuficiente de la lengua italiana. "Para superar esta barrera del idioma, solemos hacer mucho más que ayudarles a pagar un giro postal", dice sonriendo Ralph V. Abe. Abe es un empleado de la oficina de correos, tiene 30 años y es filipino. "En un instante, tenemos que aconsejar a nuestro compatriota para que solicite un permiso de residencia, compartiendo a menudo nuestra experiencia personal". En realidad, Ralph no es el único empleado nacido en el extranjero de esta oficina. "Mientras procesa un giro postal o hace alguna otra operación con uno de los numerosos miembros de la comunidad china local, a veces la conversación pasa a las necesidades cotidianas, especialmente con quienes son menos italianos que yo", confirma Dan, un compañero chino de Abe Wu, de 31 años de edad.
"Tener compañeros de trabajo extranjeros representa una gran ayuda", dice la subdirectora Silvia Curia, una romana de 33 años. "Tratar con las diferencias culturales, como lo hacemos en nuestra oficina de correos, nos ayuda a integrar y es un estímulo para la apertura mental. Es muy importante que los clientes que hablan mal italiano, o que no hablan italiano en absoluto, puedan relacionarse con alguien detrás del mostrador que hable el mismo idioma. Este aspecto también es crucial porque cada cultura tiene una forma diferente de abordar ciertas situaciones." "En muchos casos, se trata de una cuestión de confianza", explica Irenea Lascano, una filipina de 39 años. "Por ejemplo, hay una mujer de mi país que siempre está aquí porque puede hablar con nosotros en su lengua materna. Una vez, estuvimos conversando acerca de una póliza de seguro que ofrecía Poste Italiane a las personas extranjeras y de repente me dijo que varios empleados de otra oficina de correos le habían ofrecido esa misma póliza. Pero ella no entendía lo que era precisamente por la barrera del idioma y por no parecer maleducada, nunca pidió demasiadas explicaciones. Gracias a nosotros ahora ha firmado la póliza, de la que hay mucha demanda por parte de la comunidad filipina." "La comunidad china", comenta Dan Wu," prefiere servicios como Postepay y MoneyGram. La mayor dificultad para quienes no dominan el italiano es cómo rellenar los formularios y por eso tenemos que ayudarles constantemente." No hay lugar para la frialdad burocrática. "Así es", dice Ralph sonriendo, "si tuviera que describir este lugar en una sola palabra diría" acogedor". "Yo diría lleno de color", añade Irenea. "Y dinámico también", añade Dan.